ESTAR ATENTOS AL SEÑOR QUE VIENE. PREPARAR EL CAMINO AL SEÑOR


 Desde una actitud vigilante estando atentos al Señor que viene. Dejándonos salvar por el en cada momento del día.
Desde una actitud de esperanza   
No es simplemente un momento del Año Litúrgico. ¡Es un tiempo de esperanza! “¡Estar despiertos y vigilantes!” 
Es un mirar a Jesús que vino en la historia para enseñarnos a vivir humana y divinamente. 
Y que viene cada día en cada hermano 
 Ya es hora de “despertarnos” de nuestra apatía, nuestra indolencia, y es preciso luchar con más decisión y arranquemos de raíz todo aquello que puede desagradar al Señor que viene.
Año tras año, al llegar el Adviento, oímos que es un tiempo de cambio y preparación. Pero, ¿cambia “algo” en nuestra vida?
Este el desafío de quienes “pretendemos” preparar el camino del Señor: Cambiar el corazón, cambiar nuestra mentalidad.
El adviento es una llamada a la esperanza nos recuerda  que Dios está presente  en la historia,para conducirla a su fin último,para conducirla a su plenitud,que es el Señor Jesucristo que está presente en la historia de la humanidad,es el Dios con nosotros,Dios no está lejos,siempre está con nosotros,toca la puerta de nuestro corazón,Dios camina a nuestro lado para sostenernos.El Señor no nos abandona nos acompaña en nuestros eventos  existenciales, para ayudarnos a descubrir el sentido del camino ,el significado de lo cotidiano, para infundirnos valentía  en las pruebas y en  el dolor.
La esperanza y la alegría de un Dios que no se cansa de decirnos: ¡Sean fuertes, no teman! “Yo mismo vengo a salvarlos”.
Lejos de ceder a la tristeza y al pesimismo, alégrate siempre en el Señor, porque Jesús viene a buscar y a salvar lo que estaba perdido.
"Vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños "
El Señor tiene paciencia contigo porque no quiere que nadie se pierda  sino que todos accedan a la conversión.
Preparemos todo nuestro ser para celebrar este GRAN MISTERIO: Dios que se hace hombre semejante a nosotros, menos en el pecado.
En este camino al encuentro del Señor, es una excelente ocasión para mostrarle a Jesús que estamos vigilantes, atentos, activos y con el corazón ocupado en amar a todos, especialmente a los más necesitados.
Dile, SÍ, al Señor que ya llega para que nos purifique y nos haga vivir la auténtica alegría de la Navidad.(Papa Fracisco)

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